La complejidad de un lavado no condice con la simpleza de «lavar la ropa»
Normalmente, cuando tenemos ropa sucia o sábanas, acolchados, ropa de enfermería, etc; que necesitamos limpia, decimos que hay que mandarla a “lavar” al lavadero.
La frase “lavar la ropa” que suele utilizarse en el cotidiano pareciera encerrar un concepto mucho más simple de lo que realmente implica en la práctica.
El proceso de lavado de la ropa combina una gran cantidad de variables que deben de trabajarse con conocimiento para obtener un lavado equilibrado y eficiente. La temperatura, la acción mecánica, los tiempos, las concentraciones de producto, son algunas de dichas variables y todas deben acompañar correctamente a la “fórmula de lavado” planificada.
¿Alguna vez pensaste que lavar la ropa podía tener esta complejidad? ¿Planificas tu proceso de lavado? ¿Con cuanta frecuencia haces el control de calidad del proceso?
Fuente: DN Química Consultora para Indumentaria Online