Más de 20 multinacionales abandonaron Argentina: ¿qué nos dice esto sobre nuestro marco laboral?
En los últimos años, empresas como Burger King, Carrefour, Shell / Total Energy, Procter & Gamble, Clorox, Xerox, ExxonMobil, Petronas, Telefónica, Barrick Gold, Walmart y Falabella decidieron reducir sus operaciones o directamente abandonar Argentina.
No se trata de decisiones aisladas ni de mala gestión: detrás de cada salida hay un mensaje estructural claro. Más allá de la cuestión cambiaria o impositiva, el marco para producir y contratar en Argentina está desalentando la inversión y frenando la producción.
El problema estructural:
- La legislación laboral argentina, tal como está hoy, enfrenta varias críticas del sector productivo.
- Rígida para contratar: Tomar un empleado es casi un acto de fe, y el costo de equivocarse es enorme.
- Imprevisible para empleador y trabajador: La antigüedad no siempre protege, las empresas cierran y los trabajadores quedan afuera.
- Judicializada al extremo: Existe una “industria del litigio” que paraliza decisiones y limita la capacidad de innovación.
Desconectada del mundo productivo actual: Se regula como si todas las relaciones laborales fueran de fábrica fordista de los años 70, mientras hoy existen teletrabajo, empleo por proyectos, startups y economías colaborativas que requieren flexibilidad.
Ninguna de estas multinacionales se fue porque “no sabía hacer negocios”. Se fueron porque el marco para producir y contratar es cada vez más invivible.
Y lo más grave no es solo que se vaya una empresa, se van proveedores, empleos, cadenas logísticas enteras… y oportunidades que ya no vuelven.
No podemos seguir discutiendo en abstracto “flexibilizar” sí o no. La verdadera pregunta es: ¿Queremos un sistema que premie al que contrata o uno que castigue cualquier intento de producir?
Argentina necesita una reforma laboral inteligente, no para quitar derechos, sino para incluir a los que hoy están afuera. Entre las medidas propuestas se incluyen:
- Seguro de desempleo estilo “mochila”, que proteja al trabajador sin paralizar la contratación.
- Tribunales laborales administrativos rápidos para reducir la judicialización.
- Modalidades modernas de empleo (por proyecto, parcial, remoto) para formalizar lo que hoy existe en negro.Hoy, cerca del 45% de los trabajadores está en la informalidad. Eso no es justicia social, es exclusión estructural.
Reformar no es ajustar: es liberar la energía productiva del país. Los que invierten, generan empleo y arriesgan capital no son el problema, son el único camino hacia el desarrollo.
Si los que estamos dentro del sistema productivo no damos este debate, otros lo seguirán definiendo desde la comodidad de la teoría, sin nunca haber pagado una quincena.
Fuente: Por Daniel Risafi