Parece una escena de película de ficción, pero el robot costurero ya es una realidad en la industria de la moda. Los avances en robótica e inteligencia artificial muestran que la automatización de los trabajos repetitivos es un futuro casi inevitable. A pesar del avance de las máquinas en la ejecución de tareas complejas, su superioridad en relación al trabajo humano sigue siendo tema de debates acalorados.
La costura es parte fundamental de la cadena productiva. El trabajo es repetitivo, minucioso y preciso, exige bastante de la salud de los empleados y tiene un costo elevado dentro de la producción. Por un lado, la búsqueda de los consumidores por marcas más sostenibles hace que los costureros sean más valorados. Del otro, grandes empresas de fast fashion buscan reducir sus costos al mínimo para maximizar las ganancias. En el medio de campo, tenemos los robots.
Actualmente, los límites enfrentados por las máquinas permanecen inmensos: algunos robots todavía tienen una autonomía relativamente reducida; para otros, los requisitos previos de programación necesarios para su buen funcionamiento todavía requieren un esfuerzo muy intenso. Como cada tejido tiene peso, elasticidad, porosidad y gramaje diferente, la regulación de los robots costureros es un gran desafío.
Otro punto bastante importante en la discusión son los salarios. En algunos países, el costo de la mano de obra humana es tan bajo que la inversión necesaria para automatizar las cadenas de producción no compensa.
Este fue el factor decisivo para que Crystal Group, el mayor fabricante de textiles del mundo, decidiera posponer las inversiones en una línea de producción automatizada. Andrew Lo, CEO de Crystal Group, explicó que los materiales flexibles siguen siendo un gran desafío para los robots. Para Express Business, la empresa afirmó que pretende aumentar su fuerza de trabajo en Bangladesh y Vietnam en un 10% en los próximos años.
Comprensiblemente, el ascenso de la costura automatizada plantea preocupaciones sobre el desempleo masivo. El año pasado, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimó que cerca del 64% de los trabajadores de textiles, vestuario y calzados en Indonesia podrían ser sustituidos por robots. En Vietnam, el número fue del 86% y en Camboya, el 88%.
El informe observó que estos trabajadores podrían obtener mejores salarios si los gobiernos y los empleadores comenzar a prepararlos para nuevos empleos de alta tecnología. De lo contrario, las consecuencias pueden ser terribles.
Adidas invierte en la medida robot
La última tecnología es ya una realidad dentro del Adidas. Recientemente, la marca adoptó el robot Sewbot, creado por SoftWear Automation, en su línea de producción. Con cámaras y brazos robóticos preparados para el corte y la costura, es capaz de producir una camiseta de cero en sólo 4 minutos, con un nivel de precisión aterrador.
Localizada en China, la empresa Tianyuan Garments es el principal fabricante de camisetas Adidas en el mundo. En asociación con Softwear, Tianyuan instalará 21 líneas de producción en su nueva fábrica en Estados Unidos. En esta nueva línea productiva, la idea es producir una camiseta cada 22 segundos, totalizando un total aterrador de 800 mil camisetas al día. Esto representa un aumento del 300% en la producción, con una reducción de costos impactante.
Aunque no divulgue cuántos puestos de trabajo se perderán con la novedad, el hecho es que ni siquiera la fábrica china más barata podrá competir con ellos. En esos lugares, el costo del trabajo humano por camiseta es de U $ 0,33. Con la adopción del robot costurero, ese valor caerá a 0,05 dólares la unidad.
Fuente: Sao Paulo Pret a Porter