Coser lo invisible

Coser aquello que no se ve, ideas en papel vegetal y después destruirlo todo, para que quede sólo eso, el concepto del diseño. Un trabajo fuera de lo común, distinto, pero pasajero como la moda. Son pocos los diseñadores que realmente sorprenden en pasarela con piezas originales y creativas. Uno de los que puede sostener tal calificación es el brasileño Jum Nakao, diseñador de indumentaria y, actualmente, director creativo del Instituto Brasil de Arte y Moda.

Famoso por su colección A costura do invisível (2004), con vestidos de papel trabajados como tela, con mucho de origami y cortado a láser, que al final del desfile se rompieron. Y con la habilidad de conseguir que una manga se destaque y conecte con otra parte; una falda se desconecte de una chaqueta y vire a una blusa, y además bien pueda estirarse y convertirse en un vestido, Modulos(2004).

Experimentar, innovar y desarrollar en materiales no convencionales es lo suyo, tanto que se volvió un experto y hoy cuenta sobre el proceso de diseño.

-Estudiaste electrónica, te gusta mucho la tecnología y después, bellas artes, ¿qué elementos de estas disciplinas aplicás a la moda y cómo?

-De todo un poco. Creo que hay muchos conceptos de estas materias que me sirvieron para pensar la moda de otra manera, no tan convencional, no tan para el consumo en el mercado, sino más bien como una expresión en la que la ropa es un soporte circunstancial. En especial, incursionar en la tecnología me sirvió para crear en interfaces, trabajé la tela como elementos que te ponen en contacto con el mundo.

-¿Cómo llegaste al mundo de la moda, al diseño de ropa?

-Me di cuenta de que mi formación, hasta entonces (1984), estaba lejos de una mirada más humana, que es lo que me interesa. Y al estudiar en el Centro de Coordinación Industrial Textil (CIT) percibí que la moda o la indumentaria, si querés, podría permitirme ver que la ropa y el vestirnos da indicios de cómo somos y, en consecuencia, qué podemos hacer para reflexionar y ser mejores.

-¿Más que una mirada de la moda es un punto de vista más filosófico?

-Sí, sin duda, es lo que más me interesa. Me gusta siempre ir más allá, no quedarme con lo obvio, con lo que se ve. Por eso, además sumé una licenciatura en artes plásticas.

-Y con todo esto, ¿llegaste a la moda?

-Sí, lo mío es un trabajo interdisciplinario que no implica sólo crear ropa para consumir, sino pensar la indumentaria como algo que representa un momento, sea histórico o cultural, pero que pretende decir algo.

-¿Y qué querés decir?

-Que vivimos en un mundo de transformaciones, tan vertiginosas que nos cuesta pensar y hasta detenernos a ver cómo somos, a qué tribu pertenecemos, por qué, cuáles son nuestros ideales, qué necesitamos, cómo nos relacionamos con el mundo. Y esto vale para Buenos Aires, San Pablo, Japón o París. Y la moda nos sirve para caracterizarnos, distinguirnos, expresarnos.

-¿Cómo se ve esto en tu trabajo?

-Con Modulos , por ejemplo, intenté mostrar que a través de la ropa podemos relacionarnos, conectarnos hasta con lo más íntimo, intercambiar de acuerdo con las necesidades, crear y recrear. La ropa tenía un papel transformador. Eran piezas, con estampas inspiradas en composiciones químicas que generaban determinadas reacciones, que se superponían. De alguna manera hablaba sobre la necesidad de ser generosos: a veces, algunos tenemos una parte, otros nada, y es preciso que alguien done. En la pasarela, las modelos cedían o se prestaban parte de las piezas. Otro reflejo de cómo somos se vio en Future Kitsch (2203). La evolución en el tiempo nos trajo la tecnología y muchas cosas quedaron obsoletas, y hasta pasaron a ser kitsch. Con mucho contraste de color y una explosión del flúo en formas retro a los años 20 y 30, se destruían y construían prendas; ya no se sabía si eran actuales o antiguas. Aunque parezcan antagónicos, el pasado y el futuro siempre conviven, nos condicionan y definen.

-¿Un antes y después A costura do invisível ?

-Sin duda. Con esta performance pretendí desnudar una verdad, mostrar qué hay detrás, cómo son las personas, con sus vicios y virtudes. Vivimos con mucha apariencia y nos olvidamos de cómo somos en realidad. Y es preciso romper con hábitos y ser más sinceros. El desnudo nos permite recuperar la sensibilidad. Además, sin un desfile interior no producís ninguna prenda. Esto implicó 700 horas de trabajo, media tonelada de papel, tan frágil y efímero como la moda, pero sobre todo, mucha reflexión. Es que más que un trabajo de moda fue una reflexión. Creo que hay que arriesgarse a que algo desaparezca para que pueda permanecer algo más fuerte. Estoy orgulloso porque fue considerado el desfile de la década.

-Hiciste varios trabajos, e interdisciplinarios: un mix de arte, foto, artes gráficas, cine, danza, ópera y hasta televisión. ¿Cuál preferís?

-Ninguna en particular, todas a la vez.

-¿Pasaste de algo tan creativo a diseñar para marcas comerciales?

-Antes y después de las pasarelas trabajé en proyectos particulares. Lo de Zoomp (fue director de estilo de una de las marcas de moda de Brasil) fue anterior. Después fui invitado por DuPont para ser el estilista del Hotel Lycra y más tarde, Nike me convocó para crear una línea premium.

Aquí vá el video del inolvidable desfile de A costura do invisível, para que lo disfruten.

Fuente: La Nación

 

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